Sin duda, creo que estamos llegado a la degradación social, donde el odio entre la gente pareciera ser la orden del día.
Digo esto porque el domingo pasado fui agredido fuertemente por un ciudadano el cual pregonando de su “valentía” delante de una muchacha quien lo incitaba para que siguiera su demente trabajo.
Hubo un momento en que se me nublaron los sentido y ya rumbo a ejercer mi defensa escuche la voz de mi hija quien me dijo “déjalo papi, no vale la pena, por favor, no ves que ese tipo esta loco”, entonces reaccioné y conteniéndome fue cuando recibí la ultima envestida de su feroz ataque.
Todo ante los ojos apáticos de la policía quienes risueños contemplaban ese singular espectáculo.
Hoy día le doy gracias a mi hija y a dios, porque conociéndome, y sin lugar a dudas, las consecuencias finales hubieran sido nefastas, donde el único perdedor seguramente hubiera sido yo.
Ahora viene mi envestida, pero de manera judicial, y muy a pesar de la llamada recibida por parte de los padres de ambos, ofreciéndome un “arreglo amistoso” quiero decirles señores , que yo vivo de mi trabajo, y mi honor y mi dignidad no tienen precio, voy con todos los hierros, así sea poco a poco.
tan lenta como seguro lo será mi recuperación, pero tan fuerte y segura como los golpes recibidos.
“Tan culposo y miserable es el quien ejerce la violencia, como aquel que la incita”.
-yo
Vasta ya de violencia, es que no se cansan? …
Digo esto porque el domingo pasado fui agredido fuertemente por un ciudadano el cual pregonando de su “valentía” delante de una muchacha quien lo incitaba para que siguiera su demente trabajo.
Hubo un momento en que se me nublaron los sentido y ya rumbo a ejercer mi defensa escuche la voz de mi hija quien me dijo “déjalo papi, no vale la pena, por favor, no ves que ese tipo esta loco”, entonces reaccioné y conteniéndome fue cuando recibí la ultima envestida de su feroz ataque.
Todo ante los ojos apáticos de la policía quienes risueños contemplaban ese singular espectáculo.
Hoy día le doy gracias a mi hija y a dios, porque conociéndome, y sin lugar a dudas, las consecuencias finales hubieran sido nefastas, donde el único perdedor seguramente hubiera sido yo.
Ahora viene mi envestida, pero de manera judicial, y muy a pesar de la llamada recibida por parte de los padres de ambos, ofreciéndome un “arreglo amistoso” quiero decirles señores , que yo vivo de mi trabajo, y mi honor y mi dignidad no tienen precio, voy con todos los hierros, así sea poco a poco.
tan lenta como seguro lo será mi recuperación, pero tan fuerte y segura como los golpes recibidos.
“Tan culposo y miserable es el quien ejerce la violencia, como aquel que la incita”.
-yo
Vasta ya de violencia, es que no se cansan? …
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