Desde que entro por la puerta de la casa, hasta que logro cruzar el umbral de aquel recinto que me sirve como habitación, hay aproximadamente 32 pasos, abriéndose al final un largo pasillo tapizado de cuadros y obras de arte únicas elaborados por insignes Pintores Venezolanos, este pasillo me recrea la vista y me regala siempre nostálgicos recuerdos de aquellas épocas que de una u otra forma se me presentaban como momentos y oportunidades para la adquisición de las mismas.
Herencias recibidas en vida y fruto de mi trabajo dieron cabida a una tras otra.
Todo ello junto a lo demás atesorado, vienen a formar parte de lo que para mi significó mi patrimonio de vida, mi herencia a dejar, el cual hoy día lo siento para mi, mas efímero que nunca.
Así quedará todo aquello, ahí lo dejaré intacto, hasta que alguien de algún modo decida que hacer con tan singular colección, signadas con mi huella personal, perdiéndose quizás en el tiempo y en el espacio.
Estoy seguro de que lo único que yo deseo nunca se pierda, son mi valores, mis sueños , mis esperanzas, mis enseñanzas y sobre todo mi deseos de vivir y seguir adelante.
Hasta donde me llevará el nuevo camino, eso solo dios lo sabe.